sábado, 2 de agosto de 2008

Medio fin

Creo que me hace falta acercarme un poco más a los nuevos inventos del hombre blanco.
Este jueves descubrí el Wii, apenas jugué pues.
Es maravilloso.
Sudé como un cerdo, he de decirlo.
Pero cómo me divertí.
Estoy toda lastimada de la espalda, y es que creo que por un momento sí me sentí Antonio Margarito.
De pronto también me dan unas punzaditas en el orgullo, pero ese es otro juego. Otro cuento, quise decir.
Y anoche descubrí, que al final de cuentas, ir en grupo al boliche, no es taaaan conveniente.

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