lunes, 28 de julio de 2008

Libre

Ya me lo esperaba.
Quizá pudiera decir que hasta lo deseaba.
De esa mala leche, cualquier cosa se puede esperar.
No me dolió o lastimó, nada parecido, al contrario, hubo en mí una sonrisa producto de la liberación que sentí en ese momento.
Cuando me dijo que a mí me había tocado por el recorte de personal de la empresa... cuando por otro lado, están contratando personal nuevo... mmm no entiendo bien el punto... ¿me quieren hacer tonta?
Lo que me molesta, es que quieran pasarse de listos...
En fin.
Ya no tengo trabajo, soy ¿libre?

Domingo perdonado

Creo que el día de ayer quedó redimido el domingo de esa aseveración mía, de que los domingos son los peores días de la semana, por aburridos.
Ayer no.
Hice un tour por la ciudad, la atravesé en el nuevo trenecito.
Comí en casa de mis tíos, esa casa que me gusta mucho, por que parece como de suburbio gringo ese lugar.
Comí muuuy rico y bebí también rico.
Platiqué con ellos sobre temas no escabrosos (por temas escabrosos se puede considerar: la escuela, mi lejana titulación, y cosas de esa calaña).
Miramos una peli y me pude recostar en ese comodísimo sillón de piel reclinable.
Comí esos ricos plátanos que preparó Lourdes, la esposa de mi tío.
Esa carne!!
Hace tiempo que no la comía.
Me lo pasé rico, creo que debería ir más seguido para allá.
Aunque está más lejos que la shit.
Y de regreso pasé con Mon Amour.
Fue un lindo domingo y me gustó el recorrido, la comida, la compañía...
Por eso he perdonado al domingo.

El Tren

Ayer me estrené en el nuevo transporte de la ciudad: el tren suburbano.
Me pareció cercano a una mentada de madre eso de que te cobren por entrar y por salir.
Ya después haciendo cuentas de que eso hacen también con los vuelos por los impuestos de entrada y de salida, pues ya me pareció mas coherente.
Pero bueno, de pronto como que no le agarro al 100 la onda a eso de las tarifas del tren.
Está bonito.
Parece como que haces un recorrido por la historia del tren, por que eso parece el paisaje del camino.
Ves vías, trenes que parecen viejitos, y esos como cajones del tren, hay muchos y de muchos colores, podría parecer también que andas entre piezas gigantes de Lego.
Bueno, eso me pareció a mí.
Sí, es rápido, de lo contrario jamás hubiera ido a comer a casa de mi tío, que vive tan lejos de esta civilización citadina.
Hice de camino poco menos de 2 horas.
Antes de la existencia de esta maravilla trenecística, alguna vez que fuí de visita, hice algo así como 3 horas... no de mi casa, sino de un punto más alejado.
O sea, hubiera hecho casi 4 horas.
Sí, es práctico en cuanto al ahorro de tiempo. Se ve bien bonito, nuevito, a ver cuánto dura.

miércoles, 23 de julio de 2008

Hogar

Estos, mis últimos días han sido raros.
Unos días muy largos, con noches igual de largas.
Muchas veces quise vivir sola.
Ahora viviendo sola, me hace falta la compañía.
De pronto a quién avisar que ya llegué, quién me pregunte cómo me fue, o por qué me tardé.
Sólo estamos la casa y yo.
Y un poquito de café de olla que me han dejado listo, para sentirme un poquito acompañada.
La familia siempre es la familia.
Sea como sea.
Les extraño.

jueves, 10 de julio de 2008

Insomnio

O tal vez lo único que necesito es llorar.
Incesante.
Me quedaré muy pinche seca.
Me cansé de las nubes.
Estoy triste y muy muy enojada con el mundo.
Por qué no encuentro un maldito par de oidos, que solo sean eso?
Tenemos Sabina.

martes, 8 de julio de 2008

Gustos

A veces me gusta creerme que te creo, para dejar de creer que soy yo la que sale perdiendo.
Cuando no te creo, por dentro te lo estoy creyendo, pero más vale que creas que no te lo creo, para que no creas que todo me lo creo.
Ese vicio mío de creerme lo que tú crees que debo de creer.
De verdad crees que me lo creo?
Pero al final de cuentas, creo que ya no te creo nada, ni me crees tú a mí, así que quién sabe a donde nos llevarán nuestras creencias.

Lluvia

Desde que descubrí esos rollos de la infancia den mi cabeza, ando como muy apegada a ello.
Y así el sábado en la noche, una niña güerita de pecas y ojotes verdes andaba brincotenado por los charcos de lluvia formados en las calles de esta superpoblada ciudad.
Era ya tarde y la niña andaba sola, acompañada de su música y su bandolera súper nice Agatha Ruiz de la Prada de color brillantes, que para ese entonces ya estaba tan empapada como la niña.
No sé desde hace cuanto no me sentía tan feliz, tan contenta, tan plena.
Otra vez esa sensación de que la lluvia cura todo, lo lava, lo renueva... aunque sólo haya durado esa noche.
Bendita lluvia, es como el nuevo refugio.
Mi nuevo refugio.
Tendré que buscarme otro que esté disponible en todas las épocas del año.

sábado, 5 de julio de 2008

El desamparo de...

"...devuelveme el mes de abril..."
Tengo comprobadísimo ese vacio que deja la ansiedad como dice Joaquin.
Como alguna vez bien escribió La Cordero a veces parece que el iPod se conecta con nuestro sentir y nos va ofreciendo canciones acordes a nuestro estado de ánimo.
Yo pienso que eso un poco y un poco que nosotros queremos darle ese matiz a la canción que va saliendo.
Justo ahora por ejemplo, la mañana está nublada, tanto afuera como adentro, Joaquin vino a acompletar el cuadro gris.
Un cuadro gris que duele, lastima, hiere, pero sólo lo suficiente para dejarte seguir caminando, como esos tan socorridos amores de las canciones de desamor, esos que no mueren, pero tampoco matan, sólo están ahí, intermitentes, que te hacen un día soleado y lleno de maravillas y al siguiente te golpean fuerte, como para que no caigas en el sueño de que algún día todo puede ir bien. Para que, si lo veías posible y tal vez cercano, te vayas olvidando de ello, por que eso sólo pasa en los mundos que crean los libros y películas.
O tal vez todo pase, pero que pase todo antes de que yo me dé cuentas.