sábado, 27 de septiembre de 2008

Así está la cosa...

Miedo es lo que ultimamente siente la mayoría de la población.
Miedo, indignación, rabia, coraje.
El otro día, ya preparándome para irme a dormir, se me ocurrió prender la tele para escuchar mientras me acurrucaba.
Peor elección no pude haber hecho.
Me encontré con el atentado en Morelia, ejecutados en Durango, acribillados en el Estado de México, más muertos en Aguascalientes...
Pos si tenía sueño, se me fue ahí.
Ni qué decir de la desconfianza que se respira en cada resquicio del país, uno ya no confía ni en su propia sombra, mucho menos en la policía que nos invita tan amablemente a denunciar delitos, pero cómo hacerlo cuando se sabe que existe un vínculo delincuente-policía que lejos de acabar con la delincuencia, pareciera que la protege.
Me deprime y me enoja esta situación.

viernes, 19 de septiembre de 2008

Tacones!

Yo los uso, sí, algunas veces.
Incluso durante algún tiempo mis pies se habituaron a ellos, de tal modo que ya no era un martirio llegar al final del día y tener que caminar un poco más; no, yo me acostumbré a ellos.
Después, y como ahora, sólo los uso de vez en cuando, alguna fiestecilla, reunión o entrevista, no me gustan para el trabajo, no mucho.
Pero hay las que sí los usan diariamente, y para el trabajo o la fiesta, y hay algunas que hasta admiración me causan por que corren con ellos cual gacelas! y no se tropiezan ni se tuercen tobillos ni nada, ni se les salen los zapatos. Wow!
Pero hay otras que...
Todas las mañanas camino al trabajo, debo hace un cambio de línea, el transborde es tedioso, largo, etc., y además lento cual tortuga inválida, se han de imaginar, una barbaridad aquello.
He llegado a la conclusión, de que la culpa de que ese trayecto de cambio de línea sea tan lento, la tienen los tacones, pero no todos, no, sino los que están debajo de las mujeres obesas.
No tienen estas líneas como propósito el atacar a nadie, es un mero punto de vista.
Y es que hay mujeres obesas, mórbidamente obesas (no "llenitas" ó "gorditas" que esas son otras) que, como yo, se trasladan cada mañana a su trabajo, muchas de ellas en rutas similares a las mías, o en la mía pues.
De por sí su obesidad les resta agilidad, ahora imagínese usted cómo es aquello con tacones!
Y hay muchas que no se conforman con tacones insignificantes de 3 o 4 centímetros, las hay quienes se atreven a traer los de 8, 9 ó diez centímetros!
Bueno pues, pongamos que hay unas que se salvan, por que con todo y todo, pues le caminan rapidito, pero otras, por Zeus! ni siquiera saben andar en tacones, y no es que sea un arte eso de caminar en tacones, simplemente hay que guardar cierto equilibrio, sino, uno anda perdiendo hasta el pie.
Esas son a las que hay que agradecerles el tránsito lento en ese transborde!
Bueno pues, es una hipótesis, una de tantas.
Pero de verdad en las mañanas, cuando voy apurada para alcanzar el tren, y se me atraviesan estas mujeres (que es tiro por viaje) me dan unas ganas de verdad enormes de decirles que por respeto a los demás no use esos zancos que no la hacen ver más atractiva, sino todo lo contrario.
Aaaah!
Bueno, ya saqué lo de las mañanas, pero mención aparte lo que ví hoy al medio día.
Estabamos en el descanso de medio día, y yo hablaba por teléfono muy divertida por la conversación, cuando me distrajo enormemente una chica que iba entrando al corporativo, muy linda, muy arregladita, pero de verdad que caminaba como si estuviera pisando descalza por un camino de vidrios (no hace ni falta decir que desvié mi conversación telefónica a este tema).
No sé si a la chica se le hizo tarde, o de verdad le encantaron los zapatos cuando los miró en el aparador, pero qué mal se miraba! Los zapatos no eran feos, no. Eran al contrario muy lindos, pero le quedaban por lo menos un número y medio más grande de lo que supongo calza. Era evidente para todos, no podía la chica ni siquiera estar parada, tuvo que doblar sus pies de tal modo que sus tobillos casi tocaban el piso, por que tremendos tacones de aguja, y además grandes, no la dejaban ni estar parada.
Tacones!! Pero que empeño de nosotras en martirizar así a nuestros pies!

martes, 16 de septiembre de 2008

Se busca lugar para vivir

Busco departamento (o casa, o cuarto de azotea, o sótano, o lo que sea)
No muy grande, pero no muy chico.
Estoy dispuesta a compartir (por aquello de los gastos), con una mujer de preferencia.
Sin limitaciones de horario.
Que sea seguro.
Que no esté contaminado (eso incluye malas vibras, ruido excesivo y también humo en exceso, de cualquier lugar que este provenga)
Urge!

viernes, 12 de septiembre de 2008

A trabajar...

Va bien el nuevo trabajo.
Allá sí se trabaja, dicen.
Ya hemos de dejar el lema de la antigua empresa de "No gano, pero cómo me divierto"
Cómo no?
-Llegaba tarde (con mis respectivos descuentos)
-Había cerca hartos bares y expendios de alcohol
-Había cerveza en la oficina todos los viernes, una cuasifiesta
-Había bromas y mucha risa... claro, cuando no estaba la gata, los ratones hacíamos fiesta
-Comíamos en la oficina y nuestra "hora de comida" la tomabamos para ir al parque o para salir por ahí

Pues se acabó!
Acá un minuto tarde y ya perdiste uno de los fantastibulosos bonos.
Acá hay que checar entrada, salida a comer, entrada de comer y salida de labores.
Acá si no te aplicas, le pasan tus ventas a cualquier otro y no puedes ni piar, por que son las reglas.
Acá cuando entras a la oficina están todos calladitos.
Acá sí se trabaja... pero también se gana y se aprende. Y se es más responsable.

Me gusta, el único pero que le pongo (y no sólo yo) es que está más lejos que el fin del mundo y es toda una odisea desplazarse hasta allá.
Y creo que será de ayuda en estos, que no son buenos momentos para mí.

sábado, 6 de septiembre de 2008

Nuevito nuevito!

Ya tengo trabajo y empezaré pronto.
Por fín terminaron esas vacaciones que me empezaban a fastidiar.
Es como empezar otra vez desde cero y la idea me gusta, no sé cómo será el nuevo jefe o jefa, pero lo mejor es que no será esa mujer con la que tan poca química tenía. Todo nuevito.
Eso es bueno.
Tiempo para sanar.
Se siente bien.

lunes, 1 de septiembre de 2008

Recuerdos

Estuve recordando los tiempos de la Superior.
Escuché alguna canción norteña y recordé a una compañerita de la carrera que se sabía cada coreografía de cada género y en el bar que estaba frente a las escuela las bailaba.
Qué buenos tiempos aquellos cuando llegaba el viernes y juntabamos más gente para que saliera más barato el cartón de cervezas. Cuando yo tenía que salirme temprano para llegar a trabajar y en el camino tenía que bajarme la peda.
Recuerdo cuando una de las chavas y yo tuvimos que comernos unos tacos con muucha salsa para ver si así se nos bajaba, por que ella también iba a trabajar, recuerdo bien su frase: chíngatelos rápido, se nos hace tarde!
Jajajaja
Ese día rogué al cielo que no estuviera mi jefe cuando yo llegara por que ni con 10 paquetes de chicles me borraría el aliento alcohólico. Por suerte cuando llegué, mi jefe no estaba, pero sí fue una tarde/noche llena de mareos y mucho sueño.