Podrán acabarse mis ganas al arrebatarme mis sueños después
de las vividas traiciones y heridas abiertas al pasar de los tiempos.
Pero me quedan mis recuerdos, esos colores que sólo fueron
míos, que me dieron sonrisas e hicieron brillar mis soles. Que avivaron mis
ganas, que me llenaron de alegría y de magia. No sé si sea cierto el dicho
aquél que asegura que siempre vendrán tiempos mejores, lo sigo dudando la
mayoría del tiempo, pero qué dicha haber vivido mis grandes momentos. Las
personas que conocí, todo lo que sentí, todo lo que reí, todo lo que aprendí y
todo lo que me ha llenado tanto y que ha sido muchas veces mi sustento para
levantarme cuando caigo.
Con qué amor recuerdo todo eso. Esos soles que brillaron
antes para mí, que veo lejanos pero tan vivos en mi mente.