lunes, 27 de julio de 2009

Un Pueblo Quieto

Dice una página en internet que ese Pueblo Quieto (que no es el que está en Querétaro) es un poblado de 393 habitantes.
Yo creo que son muchos menos, pero el lugar se llena de gente el día de la fiesta del pueblo.
Iba a escribir un post largo con todos y cada uno de los detalles de mi viaje a aquél lugar que me hechizó.
Iba también a poner muchas fotos, pero mejor no.
Me quedo con esas imágenes en la mente, de la niña rubia de ojos verdes que iba sentada delande de mí y me sonreía, de las casitas con corredores llenos de macetas y de colores brillantes, de la plaza del pueblo, la gelatinas de limón con rompope de mi tía, el cielo lleno de estrellas en las noches, las luciérnagas en los árboles y los arbustos, los hermosos caballos (me subí a 3!!!), las sonrisas sinceras de la gente de ese lugar.
Si me hubiera quedado un día más, ese pueblo me hubiera convencido de quedarme para siempre en él, con tantas cosas que traigo en la cabeza, de verdad que me seducía la sencillez con que se vive en ese lugar.
Deseo estar ahora allá.

sábado, 11 de julio de 2009

Cosas viejas

Voy doblando el corazón para guardarlo en la cajita de los sueños olvidados.
Esos sueños olvidados que siempre recordamos.

lunes, 6 de julio de 2009

Un buen fin

Era viernes y apenas era la mitad del día y yo ya quería que terminara el fin de semana, me esperaba una fiesta familiar el sábado y un domingo aburrido como suelen serlo cuando me quedo en casa.

Ese día contestaba a una invitación que me llegó vía Facebook para ir a ver "El pelón en sus tiempos de cólera", en la respuesta le hablaba a Héctor Suárez Gomís de mis muchas ganas de ir a ver el show pero de mis poca posibilidades debido a la situación del desempleo.

Total que como seguía siendo una tarde muy aburrida, decidí salir a buscar Pola y a un primo para ver si se podía armar algo.
Llegué a donde se encontraban y bueno... la cosa ahí estaba igual y no, no se había armado nada. Y yo en mi amargura ya habitual estaba pensando para mis adentros "me hubiera quedado a aburrirme en la casa, si aquí está igual"
Pero la cosa cambió.

Un rato después analizabamos formas de vida en el espacio, distancias entre la Tierra y las estrellas, la velocidad con que avanzan las nubes y cómo sería si los colores se invirtieran en el cielo... y mirábamos las estrellas y la Luna desde una alfombra que nos llevaba viajando desde una azotea y acompañados por otros 2 viajeros.

El viaje se prolongó y al llegar a casa encontré respuesta al mensaje que había mandado por Facebook, y fue una respuesta que me contentó muchísimo y además me hace desear que llegue pronto el próximo sábado, porque, al final, iré a ver el show.

El sábado tenía la fiesta.
La verdad estoy muy lejos de ser fan de las bodas y ese tipo de fiestas familiares, pero pues tenía que ir, era el festejo de un aniversario digamos importante.
Yo, como de costumbre, iba de malas porque además se atrevieron a cuestionarme: te vas a ir de tenis??- sí, me fuí de tenis a un aniversario de bodas de 50 años ¿y?
Hace mucho no había una fiesta de ese tipo en la familia, y había olvidado lo mucho que me choca saludar a todo mundo, uno a uno, y no por que te acerques tú porque no hace falta, ellos llegan a tí.
Ya en el salón tardaron bastantito en servir la comida y la verdad varios teníamos ya ganas de comer. Hubo mariachi, discursos y todas esas cosas... aah! y una especie de -no sé cómo llamarlo- show o demostración de un charro.
Todo eso pasó.
Ah! ya mencioné el pastel? es uno de los más buenos que he probado ultimamente, el betún sabía a pay de limón! era taaaaaaaaan bueno que valió esperar tanto por él, además tenía mango, y era tan suave... pudo ser orgásmico el comerlo.

Después de la fiesta en el salón, siguió la fiesta en la casa de los festejados, con la respectiva cena alivianaborrachos: unos buenos tacos de suadero con una salsa bastante picosa, que nos mantuvieron entretenidos en lo que se enfriaban las cervezas que apenas estaban metiendo al refri. Mal hecho, debían de meterlas a enfriar antes.

Los que estabamos en esa casa ya eran mucho menos que los del salón, y había 2 mujeres que llamaron mi atención, porque estaba ya bastante pasadas de copas y por que era muy notorio que en ese momento estaban peleadas con el género masculino.
Después de unas horas y de varias pláticas "intensas" -si así pueden llamarse- con unos familiares, me ví hablando con esas dos mujeres. Una de ellas creo que es de mi familia, no tengo muy claro si es mi tía o mi prima o qué diablos. La otra no sabía quién era, pero ya me estaba viendo como candidata para nuera suya, enjaretándome a su hijo -que no asistió- de 17 años.
No dejaban de repetir lo bonita e inteligente que yo les parecía. La verdad me divertía escuchando lo que me decían, ya hasta estaban organizando una ladies night en Acapulco.

Por mi tía/prima/o lo que sea, tuvieron que subir sus hijos, pues ella quería seguir la fiesta, así que después de mucho intentar, sus hijos se la llevaron a casa.

Me quedé con la otra mujer, de quién sólo supe su nombre de pila, y con uno de mis tíos, "siguiendo la fiesta", de pronto a eso de las 5 de la mañana nos dimos cuenta de que había gente ya dormida en los sillones de la sala, y algunas otras personas que esperaban que nos callaramos o nos fueramos porque ya querían dormir. Decidimos irnos, los 3, mi tío, la mujer desconocida y yo.
Ella insitía en ir a un antro, mi tío le seguía la corriente y tomamos un taxi, después de 10 minutos estabamos en algo que más bien parecía un congal de muy mala muerte donde en el escenario un tipo bastante feo se estaba desnudando. Salimos de ahí con la intención de seguir en mi casa, pero en el camino me dí cuenta que sólo el chofer del taxi y yo éramos los únicos que seguíamos despiertos: mi tío y la mujer desconocida -a quien llamaré Panchita- estaban dormidos.

Llegamos a casa y tuve que sangolotear a mi tío y a Panchita para que despertaran y salieran del carro. Subimos rápido las escaleras y acerqué a Panchita al baño, que se veía que no podía más. Mi tío se fue a dormir a su recámara. Panchita se tardó bastante en el baño, lo que supuse que estaba bien, ya que prefería que si iba a vomitar o algo parecido, lo hiciera en el baño y no en la cama mientras dormía.
Llevé a Panchita a otra recámara, le quité los zapatos y las cosas que le pudieran estorbar -qué bárbara, se cuelga hasta el molcajete- y la metí a la cama, ya no estaba consciente.

Yo me fuí a dormir unas 3 horas, porque me despertó el teléfono: eran los festejados, que todavía nos esperaba un desayuno. Se fueron los que viven en mi casa, yo no podía irme y dejar a Panchita sola en la casa, además, ni sabía nada de ella más que su nombre de pila.
Me metí a bañar y al regresar a mi recámara escuché la puerta de la calle cerrarse. Fuí a ver qué pasaba y la puerta de la recámara donde se había dormido Panchita estaba abierta, me asomé y ya no estaba ni Panchita ni sus cosas, se había ido y ni adiós dijo.
Me asomé adentro y ví en la cama una gran gran mancha: Panchita no pudo controlar su vejiga mientras dormía. Es lo que supongo.

Después de un rato y de preguntar, me enteré que Panchita es vecina de los festejados.
Revisé mi celular y recordé que me dió su número, así que la llamé para preguntar si todo estaba bien, me dijo que sí y que ya estaba llegando a casa, me dio las gracias por todo.

Más tarde, por medio de mensajes al celular volvió a agradecer, y se justificaba diciendo que hacía mucho tiempo que no tomaba de esa forma, pero cuando me quedé con cara de WTF!!! fue cuando me preguntó: oye, y no sabes si tuve algo que ver con alguien anoche?

Chale!!! de verdad que sí perdió y feo.
Me queda claro que cada vez obtengo más experiencia cuidando borrachos, seguro me equivoco y en lugar de estar buscando trabajos en agencias de viajes, debo de acudir a los bares o algo así en busca de chamba para controlar a los ebrios.
Me divertí mucho, creo que el alcohol me puede ayudar de vez en cuando como facilitador social, sobre todo con mi familia.

jueves, 2 de julio de 2009

Que se vayan todos, menos tú

Me acabo de llevar uno de los peores sustos.
Sentí miedo y desesperación y tristeza al mismo tiempo. Me puse histérica y estuve a punto de salir en medio de la torrencial lluvia a pedir ayuda.

Resulta que no tenía sueño -ni tengo, por eso estoy relatando esto- y decidí que sería bueno jugar un rato Solitario, en el iPod.
Y entonces estaba cómodamente instalada en mi camita, agarré a Cookiekiller con todo y su calzón rosita y empecé a buscar el juego, le dí clic y que me sale un anuncio de que no se podía cargar y que mejor me fuera a una página de internet.
Pensé que seguro había alguna actualización que no había bajado, y entonces me dio por la cursilería y decidí mirar las fotos atascadas de miel que traigo en él... y tampoco se cargaban, y busqué en las pelis y tampoco... la música tampoco.

Madres!!!

Salté de la cama y me enterré algo en la planta del pie, lo cual no me importó porque parecía que mi bebé estaba muriendo, corrí a la compu y volví a intentar que reaccionara Cookiekiller y nada.
Y entonces entré en la paginita esa de soporte de apple, que no me sirvió para un carajo.
Y en eso, apareció la pantalla del iPod en negro y gris con la manzanita...

No podía significar otra cosa más... estaba agonizando y eran sus últimos segundos de vida antes de irse al cielo de los iPods, como otros que yo conocí.

Pensé: no mames!!! no tenía ni 30 gb, tuve un año y medio y no pude llenar ni 30 gb de los pinches 160 que tiene... que tenía...

Había una opción, y era resetearlo... pero no tenía respaldo de nada! de nada! a quién se le ocurre andar por la vida guardando cositas en el iPod sin respaldarlo en otro lugar?
Pues a mí!

Lo que me faltaba, todos siempre al final se van, todos. Pero siempre se queda la música. Y ahora ni la música me iba a quedar, y eso me daba tristeza y me provocaba un gran enojo, la música era la única que nunca me había dejado sola.

En un último intento, conecté a Cookiekiller de nuevo a la compu, temiendo que se agravara más el asunto, pero rogando al Universo para que eso no pasara.
Y de pronto, ahí estaba, de nuevo sonando. Y se miraban las fotos. Y los juegos. Y la música había regresado!

Puede ser que no estuviera pasando nada malo y que sólo estoy muy bruta en esas cuestiones de la tecnología, pero qué susto bárbaro me metió.
Ahora puedo decir que al ser que más amo en el Universo, es a Cookiekiller, que se vayan todos, menos Cookiekiller.