lunes, 25 de enero de 2010

Desayuno energético

La semana pasada, mientras iba pensando en el medio litro de café cargado que tenía que tomarme para aguantar diez horas seguidas en la oficina, decidí comprar uno de esos desayunos que vende un señor afuera del metro que queda más cercano al trabajo, ya que si el café no cumplía la función de despertarme, por lo menos estaría entretenida comiendo algo para evitar cerrar los ojos frente al monitor.
A primera vista parecían desayunos escolares, pero nooo! era más que eso.
La bolsita contiene: una gelatina casera, un yogur (sabores variaditos), un chocolate, y un sandwich de esos que tienen una embarrada de mayonesa, una radiografía de jamón y una rebanada de "queso tipo americano". Bien, hasta acá sí, parece un desayuno escolar, de esos que venden afuera de las primarias, pero lo que lo hace "para adultos" es lo que viene cuando pagas, el señor que los venden te regala una enooorme sonrisa (que parece sincera) y te dice: que tengas un excelente día, que hoy todos tus proyectos y metas se concreten y realices nuevos logros". Óraleee! me sonó tan al "Club de los optimistas".

domingo, 3 de enero de 2010

Últimos acontecimientos

Es extraño pero esta navidad sí me gustó y sí la esperaba. Fue, para mi gusto, agradable, tranquila y cálida. Generalmente me aburro en Nochebuena y disgusta estar con toda la familia porque tengo que esquivar preguntas del tipo "y cómo va la tesis?" a pesar de que he explicado no-sé-cuantas veces que no haré tesis. O cosas así como "sigues con el mismo novio?", esta esa la clase de pregunta hipócrita, porque en realidad poco les importa mi vida amorosa, es nomás pa' hacer plática.
Esta nochebuena y navidad sí me gustaron, porque no hubo preguntas incómodas, ahora sí hubo regalos (sí! he caído en el consumismo navideño) y porque además comí muy rico.

Para fin de año la cosa fue menos agradable.
Casi muero un día antes.
Primero me enfermé de algo relacionado con las vías respiratorias, fui al Seguro Social y como era de esperarse, se tardaron años y felices días en atenderme porque "si yo no tenía fiebre, no podían atenderme"; para que me quede claro la próxima vez, si no tengo un pie en la tumba, no me atenderán.
Al día siguiente de que casi muero de eso (que no me dijeron qué era), tuve una reacción alérgica por nueces, estas últimas provenientes de la persona que me dio la manzana la vez anterior que tuve la reacción alérgica por comer manzana, que es la misma persona que siempre me pregunta "cómo va la tesis?". Llegué a la conclusión que tal vez yo sea alérgica a esa persona.
Y entonces, por un instante, uno pequeño, me puse fatalista y pensé que no llegaría al 2010.
Pero aquí estoy, y espero este año no ser tan quejumbrosa como el anterior. Creo que me irá mejor.