martes, 31 de marzo de 2009

Bajando la guardia

En este preciso momento, estoy justo en la línea divisoria.
Tengo el control y puedo elegir entre enojarme, ponerme triste y ocultar la cara, o simplemente dejarlo pasar, así como muchas otras veces, dejarlo pasar y que no pase nada. Aunque sí pasa.
Estoy decidiendo dejarlo pasar, pero esta vez no sin que pase nada, aunque la brújula por inercia se va moviendo hacia la tristeza y el desánimo que se está haciendo ya tan habitual en mí.

Hay muchas cosas que dan vuelta por mi cabeza, preguntas que lejos de llegar a respuestas, llegan a más cuestinamientos, y como a muchas almas débiles en momentos como estos, me entran las ganas de tomar algún líquido que distorsione más aún mis pensamientos y me lleve muy pronto a los brazos de Morfeo entre mis almohadas y el calor infernal que se siente.
Pero por razones nada extrañas me es imposible cumplir ese deseo ahora.

No soy fuerte. No estoy siendo fuerte. Tratar de ser fuerte cansa y yo ya me cansé al día de hoy.
Y yo sé que probablemente no sea lo más sano buscar salvavidas a las malas situaciones, pero necesito a mis amigos.
Porque supongo, quiero pensar que tengo amigos.
O tal vez no los tenga y sólo me esté haciendo ideas en la cabeza cuando espero algo de la gente.
Ese es uno de mis defectotes más enormes: espero de la gente.
Ya me lo he dicho y me lo han dicho: no esperes nada de la gente.
Pero me es difícil, muy complicado, aunque tal vez con el tiempo y las muchas desilusiones y decepciones adquiridas con los años ya pasados y los venideros, dejaré definitivamente de hacerlo, pero por ahora y después de todo, sigo creyendo.

Y sigo creyendo que tengo amigos en los que puedo encontrar cobijo y que pueden escuchar y que me tratan de...
Ve usted amable lector? lo mira? lo que pasa es que sigo esperando de la gente lo que yo quiero que me den.
Tal vez espero porque sé que de alguna forma pueden darlo, creo en su capacidad y esas cosas... y confío en la gente.

Pero sí, en estos momentos bajo la guardia y grito desesperadamente en la espera (sí! nuevamente) de la respuesta de los amigos, porque estoy bien, porque siempre y por fortuna he estado bien, pero en estos tiempos me he sentido y me siento mal, re mal, de la fregada.
Y sé que los amigos no me rescatarán, ni me resolverán la vida, pero me haría bien un poco de confort para el espíritu que ultimamente anda caminando con los huesos rotos y todo vapuleado, aunque estoy bien.
No sé, es una de esas cosas que aunque no me "enseñó", me quedó muy grabada de mi papá: aunque el mundo se caiga debes estar bien.
Así que hoy y siempre, estoy bien.

5 comentarios:

SoPy dijo...

comatosa yo la quiero... y no creo en eso de no esperes nada... hipocrita el que da sin esperar nada a cambio

Ana dijo...

Es un gran error esperar algo de alguien, porque entonces estás expuesto a frustraciones...

Alberto dijo...

Si TIENES AMIGOS A VECES EL PROBLEMA ES QUE TE QUIEREN A DISTANCIA

Jacka [Killer Queen] dijo...

Justo hoy sus letras me vinieron muy bien. Gracias por compartirlas.

Saludos

Berenice Mares dijo...

Que bueno que te sientes asi, ó te sentias... porque cuando te pones a pensar en estas cosas te das cuenta de tantas cosas que en una etapa normal no lo harias...
pero en ocasiones hasta un mensajin de tus amigos te reconforta!!! de vez en cuando quuieres que te apapachen....