jueves, 14 de mayo de 2009

Abrázame

Es justo a la altura del diafragma donde empieza todo.
El remolino que causa el vacio se extiende a todo lo ancho y sube lentamente por las costillas, llega a la garganta para cerrarla con un pesado nudo que se desploma para llegar hasta el estómago.
Ese nudo no deja pasar el aire de la paz; al contrario, crea dentro del tórax una atmósfera de intranquilidad totalmente violenta, golpea con fuerza todas las paredes hasta dejarme exhausta, sin fuerza para sostenerme en pie.
Apenas puedo levantar las manos.
Yo sabía que no estaba loca cuando te pedía que me abrazaras.
Yo sabía que tenían más valencia de las que les das.

1 comentario:

Miguel Ángel Medina dijo...

Hada, quisiera poder abrazarle, aunque no sea yo a quien se lo pida y poder calmar la desesperación que parece haber en ese estado, paralizante. Aunque me da gusto, como otras veces, ver que tiene fuerza para teclear y externar su sentir. Yo no lo he logrado, quisiera también escribir o postear La vorágine de mi vida en imágines aún sin saber de cierto, el sentido que tenga. Un abrazo. Mikes M